Pudiera ser bastante lo vivido.
Las sábanas de amarga longitud
enredadas en las tibias cerezas de tu sombra,
los dientes imprevistos
las desnudas amapolas de tu vientre peregrino
los techos y su claro paladar estático.
Y sin embargo, solo es el inicio.
Parece que te acabas y estás naciendo nueva.
Espero aún el silencio crujiente,
los líquidos collares de tu risa
alegrando mi boca y sus contornos,
las gaviotas de mimbre de tus dedos
sembrando mis manos de aventuras.
Y poder terminarme ….lentamente…
en tu principio.